Ha sido de un tiempo a esta parte cuando me he percatado de que el color amarillo, tan suave y discreto él, se ha venido llevando el gato al agua entre sus competidores sin que alcance a entender bien el porqué, dado que si tiene a su favor al astro rey, la piel amarilla o la caca de igual tono no lo hacen precisamente deseable siquiera en nuestra fisiología. No obstante, se viene imponiendo frente a cualquier alternativa y en circunstancias tan dispares que cualquiera sabe las motivaciones para que triunfe, sin que importe que coloree un roto o un descosido.
Recordarán lo que algunos decíamos en la niñez: «De color de canario tienes el culo, / y aunque no te lo he visto me lo figuro». Obviamente amarillo y orillando cualquier otra opción para el trasero. El submarino de los Beatles era amarillo, y el grupo Zapato Veloz quería amarillo el tractor porque era lo que se llevaba; la prensa es amarilla cuando vende más y, en China, río Amarillo como la orina y no marrón,verde o morado, color este último que ha quedado básicamente relegado, podemitas aparte, a señalar las consecuencias de un trancazo.
Hasta tomarse un Grog, cuando resfriado, suena a amarillo en catalán y, por seguir con él, vean la cabeza de Trump o el color de los lacitos indepes: igual que los chalecos en Francia -aprovechando el obligado en los del coche- para poner a Macron contra las cuerdas… Es color reivindicativo o para la condena y, por no dejar resquicio sin ocupar de amarillo, también de advertencia para el cambio inminente, caso de los semáforos.Convendrán que estamos frente a un misterio que precisaría de especialistas para aclarar de una vez esa polivalencia. Y es que, si me apuran, diría que el amarillo va bien para todo y casa con casi todo… excepto los dientes. ¿Alguien está en el secreto? Entretanto, me pregunto si, para las múltiples elecciones que se avecinan, a algún partido se le encenderá finalmente la bombilla (difícil, en tratándose de políticos) y cambie el rojo, azul, naranja o morado por el símbolo para el definitivo hechizo: un sugerente y maduro limón. Como lo haga el recién llegado Vox, estamos aviados.
Te decia que te has olvidado decir que el primero en el tour va tambien de amarillo y la mejor trainera de nuestro deporte mas popular el remo es la de Orio tambien de amarillo No se en Baleares pero los politicos del PNV van por la calle con lacitos amarillos en la solapa aunque todavia no han dicho nada sobre el plan Eslovenia donde al parecer hubo 70 muertos Un abrazo Arturo ________________________________
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¡No te digo yo que el amarillo causa furor…!
Un abrazo a los dos
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– Señora, su esposo está francamente mal. El corazón débil, la orina escasa, además está muy amarillo.
– ¿Ya han tenido en cuenta que mi marido es chino?
– ¡Pues eso es lo que lo va a salvar!
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Ahí va eso….»El que de amarillo se viste con su belleza se atreve»
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Genial tú y los comentarios. Hoy regreso de Barcelona, normalidad absoluta durante los días que hemos estado por allí, excepto un acto reivindicativo pequeño. Me pregunto cuánto consiguen los medios, las redes, los politicastros en hacernos vivir una realidad desorbitada. Bueno, lo más relevante es lo masivo que sigue siendo los visitantes japoneses en las grandes ciudades, y en Barcelona increíble, jóvenes relevando a otras generaciones por todas partes: centros culturales, naturaleza, metro, aeropuerto y también familias, grupos con guías, parejas…Lo destaco por dos motivos, lo significativo que es observar que no llegan tambores en países lejanos, y el segundo por eso del color que se les adjudica. Besssssoss
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Caramba vuelvo a salir como anónima. Pilar Bonilla
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Ya te conozco por el logo azulito, que no amarillo. Un beso
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