La semana en Túnez ha dado de sí en rincones y escenarios varios, colores y también en evidencias de las que no tenía previa constancia: ignoraba la ceguera de que eres preso cuando te envuelve una tormenta de arena; que pueda salir el agua a presión, sin necesidad de bomba alguna y a 90 grados, de un pozo que alcanza los 1600 metros de profundidad, o que las casas que llaman trogloditas, allá por Matmata y excavadas bajo tierra, mantengan una agradable temperatura durante todo el año en esas zonas donde en verano se sobrepasan los 50º.
Y ha habido mucho más. Desde el hechizo de una puesta de sol entre las dunas, a atractivas Medinas para perderse. O esos blancos y azules, en Sidi Bou Said, que invitaban a buscar casa donde quedar a vivir y con la seguridad de acertar en la elección. Pero Túnez no se resume en unas líneas y tras visitar las ruinas de Cartago, atravesar la calzada romana que une la isla de Djerba al continente o admirar, en el Museo Nacional del Bardo, una de las mayores colecciones en el mundo de mosaicos romanos (es ahí donde en 2015 tuvo lugar un atentado por parte de ISIS, con el resultado de 19 muertos), aquello de que África no forma parte de la Historia, que afirmara Hegel, no pasa de ocurrencia sin el menor fundamento.
Abundaron las ocasiones en que el «¡Detente, instante!» estuvo a flor de labios aunque, siquiera por estricta justicia, haya de subrayar que la mediación de nuestro guía, Salem, fue decisiva para propiciarlas. Su vasto conocimiento del país y sus gentes, el saber libresco convertido en oportuna y atractiva información sobre cuanto veíamos, amén de una desbordante simpatía, hicieron posible mirar con nuevos ojos, distintos a los de turistas que éramos todos. Tanto es así, que si un día se les ocurriera visitar el país no duden en solicitarme su dirección y teléfono para gozar, como en nuestro caso, del plus que supuso recorrerlo en su impagable compañía.
Excelente narracion de un viaje a Tunez que nos embriago a todos. No puede haber mejor palabras que las efectuadas por Gustavo. Amigo y gran escriptor. Gracias por enriquecer nuestros sentidos
Me gustaMe gusta
¡Exagerado!!
Me gustaMe gusta
Un gran viajero y sabio.
Me gustaMe gusta
Te quiero seguidor del blog; así podremos seguir dialogando. Tengo mucho que aprender. Un abrazo
Me gustaMe gusta
Embriagada y hechizada, tanto que lo he leído más de una vez, me he quedado yo con esta entrada. Qué hermosura el cómo lo has contado y descrito. Sin duda te pediré el contacto de Salem, puesto que Túnez está en uno de los próximos destinos. Gracias doblemente querido Gustavo. Besosssss
Me gustaMe gusta
Pues vuelvo a ser anónima…usp!. Pilar Bonilla. Si recibo las entradas !!.
Me gustaMe gusta
Pues ya me dirás. Si lo visitas, estoy seguro de que te encantará. Un beso
Me gustaMe gusta
Y tanto. Por cierto no consigo entender el mensaje que me da cómo error para retomar el que mi suscripción, que mantengo por correo, no me deje poner ni me gusta. Me dedicaré con más tiempo, hoy me he dedicado a todos los correos pendientes. Besossss
Me gustaMe gusta
Ya me dirás… Pero yo recibo tus comentarios en mi correo…
Me gustaMe gusta
Tras leer la descripción de tu vivencia en Túnez, nos sentimos identificadas en los sentimientos que ha despertado en ti. Además de ser un lugar totalmente desconocido para nosotras no ha dejado de sorprendernos cada rincón visitado. Tal y como suscribes en tu texto, Salem, nuestro guía ha hecho que apreciemos lugares y costumbres que sin él no habría sido posible. Ha sido un guía excelente y lo recomendamos si quieres conocer Túnez.
Me gustaLe gusta a 1 persona