La vida es sueño o, quizá mejor, duermevela, porque es en esos ratos cuando la azoriniana observación de que vivir es ver volver, se manifiesta en toda su plenitud y brillan deslumbrantes las luciérnagas del ayer, los paisajes, las caras y los afectos. Con el añadido de que en cada insomnio uno puede esforzarse en traer, junto a la almohada, el fragmento del pasado que quiera rememorar.
Yo suelo, en las noches que se alargan, elegir la edad y circunstancias a recobrar: niñez bajo la manta y junto a la bolsa de agua caliente que traía mi madre si llegado el invierno o, de apretar el calor, aquella acampada en el cabo de Creus junto a unos amigos que no he vuelto a ver y el enorme pulpo que pescamos. Sin embargo, las opciones son para cada uno innumerables y ahí están, en plena oscuridad, las iluminadas calles que transitabas en las distintas ciudades donde hayas vivido, el bar de la esquina y su ajedrez o la primera novia, la sala de cine y la espera en el intermedio para volver a entrar y aguantar el No-Do antes de la segunda película, el tranvía 67 que solías tomar a la carrera cuando ya en marcha… O el dormitorio en aquella casa, y la ventana… ¿dónde daba la ventana?
Quizá tengamos con algunos recuerdos, y mientras nos damos la vuelta hacia el otro lado, esa relación de tipo vicioso que apuntaba Bufalino en su «Perorata del apestado», y los acariciemos como hacen algunos con los cadáveres amados. Pueden sobrevenirnos placeres y nostalgias que durante el día permanecen agazapados, de modo que, tal vez, compartamos el deseo de que no desaparezcan esos ratos para poder regresar a balcones, esquinas y viejos amores. Y es que Sancho Panza creo que se equivocó con su «Bien haya quien inventó el sueño». Mejor la duermevela.
Los recuerdos están siempre ahí y también aparecen en sueños como retales de una vida pasada pero que están muy presentes 🙂 Besos y abrazos de luz, Gustavo ❤
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Igualmente, Mamen An. Y que disfrutemos, siquiera de vez en cuando, de entrañables duermevelas…
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Que guay Don Gustavo, como lo narra todo de bien siempre, hasta yo despierta y leyéndole puedo imaginármelo con esa panza boca arriba imaginando cosas, y recordando a tantas personas como han pasado por su vida, y colegas que ha conocido y que les gustaría volverles a porfíar intervenciones, ó simplemente detallar cosas que se hicieron y que con el tiempo todo fué mucho más sencillo.
Yo no me acuerdo ni cuando subo los pies a la cama, pero sí que esas noches que he dormido siesta no hay nada que me guste más que conversar con mi acompañante y que me cuente, que cosas son las que más le gustan de mí en la actualidad, y que que fué lo que le atrajo, que con cuantas mujeres ha estado, que que es lo que siente por mí… Y nada de esto es broma, es tal cual usted piensa en cosas del pasado yo solo recuerdo y recuento lo que hemos vivido juntos. Esto es dependencia emocional, pesadez, empalagamiento, usted como lo describiría?Prometo que es verdad tal cual.
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Vero: ¡un placer leerte! Y encima, sabiéndote feliz con tu compa. Eso, Vero, es el amor, estoy seguro… Un fuerte abrazo y sigue cuidando mucho a quien sabemos.
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La vida es sueño y los sueños sueños son…muchas veces más que contar ovejas ,es irte al pasado y recordar los buenos momentos vividos,aunque por desgracia te entre el bajón de tristeza,al recordar al que antes tenías junto al lado de la almohada y por desgracia ya no esta.Vuelvo a mi niñez y recuerdo mi bañador de cuadritos de vichy que tanto me gustaba,y mi padre llevándome al hombro a la playa,a nadar , tambien a la famosa sala Bohio,me encantaba ver las parejas desde las rejas como bailaban,las noches al fresco con mis tias,era una gozada.Lo mejor la niñez,y con esta niñez me dá un soponcio al recordar ,me siento como aquella chiquilla, que me gustaba tanto la música,y le decia a mi padre: papa jo vui ser artista i mi padre con una sonrisita me decia y yo queria ser torero,,asi en una duermevela soñando despierta,porque quizás de dormida,el sueño no sea tan maravilloso como tu quisieras.Un abrazo.
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A cada uno le asaltan vivencias distintas, a veces tristes, !cómo no! y la mayoría teñidas de añoranza. Sin embargo, habitualmente no pueden elegirse, y vayan las unas por las otras, ¿no?
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Cómo sabes describir momentos cotidianos!!. Esos momentos de duermevelas cuánto dan de sí. También elijo secuencias, y en otras ocasiones, lo que comentamos en otros artículos: encontrarte a ti misma, reflexionando en silencio y oscuridad. Recordar del latín recor-dis: volver a pasar por el corazón, especialmente cuando los protagonistas son mis padres. Qué bonito lo cuentas siempre querido. Besosssss
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Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?
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En gustavocatalanblog.com entras y, en la parte derecha, donde indica «seguir blog»…
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