LAS NUEVAS TERRAZAS DE BAR

Comentaba Rodríguez Rivero hace unos meses en el diario “El País” que en España hay un bar por cada 175 habitantes, lo que supone una cifra alrededor de los 270000, de los cuales bastantes miles, carentes hasta ahora de terrazas, las han instalado provisionalmente en aceras y calles para sacar cuatro perras mientras dure una pandemia que viene amenazando su futuro. Y nada que objetar al intento de asegurarse la subsistencia con dichas ampliaciones pero sí por lo que hace al modo de hacerlas, y si admitimos que pueda ser cierto aquello de que “Por sus obras los conoceréis”, en muchos casos la estética de las mismas deja bastante que desear, convierte algunos espacios públicos en remedos de basureros y son exponente de un mal gusto que la normativa no ha previsto como debiera.

No estoy propugnando el diseño de terrazas que excedan las posibilidades del bolsillo en unos tiempos donde los negocios de hostelería y restauración están aún bajo mínimos, pero con esos mimbres (que también los hay, para cerrar los nuevos espacios) se contribuye a que la crisis se materialice aún más, acompañe al transeúnte durante el paseo y no sólo por el aumento de letreros ofreciendo locales cerrados en venta o alquiler. Lo visto se asemeja a las infraestructuras en lugares del tercer mundo: de la selva amazónica o Mozambique, el país más pobre del planeta. Se han aprovechado desperdicios varios, fragmentos de barras de hierro, cuerdas y palets en el suelo o delimitando el recinto, para recrear una miseria que aflora en lo que antes fueron aparcamientos o lugares de tránsito y propiciando que algunas calles, como ciertos pueblos al decir de Rulfo, sepan a desdicha.

Quienes nos visiten este verano, si las vacunas consiguen el efecto apetecido, apreciarán al tiempo que deambulan otro aspecto de una derrota que excede a la que haya podido suponer el virus, y al sentarse tendrán a su lado, junto a la cerveza, la constancia de esa desgana, la derrota del buen hacer y plasmada desde la propia silla a sus inmediaciones. Muchas terrazas al aire libre, para el café o la copa, parecen hoy comederos para el ganado; rediles que obligan a preguntarse si acaso lo de ser rebaño a inmunizar no se habrá tomado por algunos propietarios de bar al pie de la letra y, en esa línea, los clientes almacenados al modo de las ovejas

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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7 respuestas a LAS NUEVAS TERRAZAS DE BAR

  1. En Mallorca se ven a menudo terrenos y parcelas delimitados con somieres viejos… Pues eso.

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  2. Paisajes para fomentar el turismo…

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  3. Pilar Bonilla dijo:

    Tienes razón, aunque mira por una vez cambiaría el título: Terrazas improvisadas, y reconozco mi escasa exigencia ante las aberraciones que se observan, porque es lo que dices, esa supervivencia, especialmente de los pequeños. Los que ya tenían infraestructura les resultaba más sencillo. Esperemos que con la abertura de los interiores sean desmanteladas poco a poco.

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  4. Esperemos… Hacen lo que pueden, pobrecillos, pero hay algunas que mejor mirar al cielo…

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  5. drlopezvega dijo:

    Una paradoja de España radica en (mal)formar a jóvenes en Diseño, Historia, Jardinería, Informática, Turismo, Arquitectura, etc, y mandarlos a la mierda, digo al extranjero. Como si no tuviésemos patrimonio histórico-cultural que restaurar, consolidar, enseñar. Como si no tuviésemos espacios públicos degenerados, redes informáticas deshilachadas, tuberías dañadas, playas descojonadas, Me apuesto un ojo -y no lo pierdo- a que las Asociaciones de Hostelería y los Ayuntamientos PODRÍAN haber contratado a jóvenes diseñadores/artesanos para crear ‘terrazas’ tan provisionales como vistosas. Pero no. Mejor seguir empantanados en la degradación del solar patrio. Que inventen ellos.

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  6. Cati Colom Lladó dijo:

    Muchísima razón tiene,con tal de hacer cuatro duritos, han puesto de todo,y en lugar de ser un sitio apetecible para tomarte un cafetito,miras alrededor y no es nada satisfactorio.Pero si clientes que van cerveza tras otra, éstos ojos lo ven todo mejor je je,un abrazo D.Gustavo.

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