TURISMO: ¿CUÁNDO Y EN QUÉ PUNTO EL EQUILIBRIO?

             Sabemos de antiguo que no todo lo deseable se puede armonizar. Es lo que está sucediendo en algunos lugares, donde le masificación turística impide en buena medida justificar la pasta que los visitantes procuran: evidencia que pone de manifiesto una vez más que quienes debieran velar por el avance al unísono de progreso y bienestar, exhiben su incompetencia no sólo por lo que hacen sino también por lo que eluden, evitando tomar decisiones comprometidas y apostando por los parches. Tiritas en lugar de  un tratamiento intensivo para lo que ha dejado de ser llaga para convertirse en grave enfermedad social.

            Desde hace más de una década se viene hablando en las Baleares de un aporte económico –el turístico- que puede terminar en colapso, y es que más de 20 millones de visitantes harán inasumible a no tardar su consumo de espacio y recursos; algo equiparable a lo que venía ocurriendo en Venecia, con más de 600 visitantes por cada residente. No obstante, aquí, como en otros lugares y por distintas circunstancias, sigue siendo adecuado copiar a Séneca si quisiéramos recriminar a muchos dirigentes su inoperancia, repitiéndoles por enésima vez que hablan de un modo y actúan de otro. Vean si no la progresiva deforestación de la Amazonia por el comercio de madera y caña de azúcar, el hipócrita buenismo con ciertos inmigrantes y el rechazo de otros mientras algunos se siguen enriqueciendo con los diamantes o el coltán de sus países de origen o, por no seguir, Unidas Podemos junto al proletariado hasta hacerse de la casta. En el tema que hoy me ocupa, el dinero pone un velo –pero no descarta- al desastre que podría avecinarse, con lo que se diría que banalizar el mal no fue cosa solamente del nazi Eichmann.

              Tourist go home, rezan algunas pintadas callejeras que sin duda no han sido escritas por hoteleros o comerciantes, en los que priman los cuantiosos beneficios por sobre consideraciones tales como el deterioro medioambiental o el previsible agotamiento de  recursos y no solo energéticos. Entre otras cosas, humo de cruceros hasta oscurecer el horizonte o un avión cada 40 segundos hasta superarse los 1600 vuelos diarios, pero las patronales hoteleras aumentan sus ingresos entre un 30 y un 50%,  añadiendo a las habitaciones camas de tapadillo o, pese la la labor inspectora, el alquiler vacacional ilegal (hasta 1/3 del total, se publicaba hace unos años) sigue ofreciéndose bajo mano. El personal sanitario u otros trabajadores llegados a Ibiza no pueden costearse un alojamiento, y Formentera cuadruplica en verano su población. Cualquiera deduciría, tras considerar todo lo anterior, que sentido común y poder político no suelen ir de la mano. En cuanto a intereses privados y democracia, se dirían antónimos. ¿Hasta cuándo en el alero? Pues con masificación de por medio y en estas islas, hasta que todo se vaya a tomar… por donde el lector elija.

Acerca de Gustavo Catalán

Licenciado y Doctor en medicina. Especialista en oncología (cáncer de mama). Columnista de opinión durante 21 años, los domingos, en "Diario de Mallorca". Colaborador en la revista de Los Ángeles "Palabra abierta" y otros medios digitales. Escritor. Blog: "Contar es vivir (te)" en: gustavocatalan.wordpress.com
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6 respuestas a TURISMO: ¿CUÁNDO Y EN QUÉ PUNTO EL EQUILIBRIO?

  1. Pilar Bonilla dijo:

    Cobardía absoluta a incorporar a esa incompetencia. El poder hotelero y comerciante sabes que es un factor primordial para que se siga este recorrido al precipicio, acuérdate de la famosa ecotasa y lo que generó. Aunque hace poco leí, no recuerdo ahora bien, si era la propietaria de la cadena Riu quien ya hablaba de ese decrecimiento necesario.
    Me irrita enormemente que se utilice dinero público para promocionarnos, cuando somos un destino reconocidísimo.
    Repercute como bien dices en un problema grave: el que tengamos precios absurdos en alquiler, lo que conlleva la falta de personal cómo hemos conocido, y doloroso el del sector sanitario dónde siempre hemos sido de las últimas opciones cuando se solicitaba destino, que, con este panorama, más dificultad a que vengan…y lo de Ibiza una locura delirante.
    Si no hay oferta excesiva, no habrá demanda excesiva, sentido común que mencionas.

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  2. Como subrayas, un cúmulo de despropósitos…

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  3. Cati Colom Lladó dijo:

    Parece ser que nuestras baleares,se basan solo en el turismo,esperando los meses de verano,con una masificación de turismo,cruceros etc.Que gran pena,de isla de la calma solo queda en el recuerdo.

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  4. Carles Tàvec dijo:

    Tal parece que vivimos en una época en la que cualquier sacrificio es poco en el altar del dios Dinero. Siempre hace falta inmolar algo más para que no caiga la tasa de ganancia. El encanto de ciertas zonas del mundo está dado precisamente por la relativa virginidad ambiental que irremediablemente el turismo a mansalva contaminará hasta que ya nadie quiera ir. De todos los animales del planeta, sólo el Homo sapiens destruye su hábitat y el de otras especies. El problema está en las mentes que privilegian la acumulación de riqueza porque les otorga poder como si fuesen inmortales. No consideran que un ataúd apenas cabe el propio cuerpo. Las mansiones, los autos de lujo, los lingotes de oro, las acciones, los bonos, los yates…Todo eso queda aquí.

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  5. Carles: en mi opinión, pertinentes reflexiones. Un cordialísimo saludo.

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