Según Antonio Turiel, físico y matemático que trabaja en el Instituto de Ciencias del Mar, rotundamente no. En una interesante -y demoledora- exposición en TV3, el pasado 30 de noviembre, afirmó, con profusión de datos, que hemos llegado al límite del crecimiento, así que, de no producirse un cambio en el modelo productivo (apuesta decididamente por las energías renovables, aunque en su conjunto resulten hoy por hoy insuficientes), estaremos abocados a una recesión de proporciones nunca vistas.
Basa sus conclusiones en el Oil peak. Hemos llegado a la tasa máxima de extracción petrolífera y, sobre 2020, la producción puede haberse reducido hasta en un 40%. Sin embargo, la demanda aumenta y, en cinco años, China y la India pueden estar en condiciones de absorber todas las exportaciones y afrontar, en mejores condiciones que nosotros, el aumento del precio. Con un consumo en ascenso y producción decreciente, el coste del barril será inasumible y la crisis del mundo que conocemos estará servida.
Lo cierto es que me ha dejado para el arrastre. Ojalá dispusiera de argumentos para contradecirle pero, sinceramente, no se me ocurren. Claro que este no es tema que domine (como otros muchos y a fuer de buen opinante). Me gustaría creer que, tras sesudos análisis, existen alternativas a la hecatombe. Lo que no acabo de entender es el porqué este tema no ocupa las portadas de los medios, aunque si la ocultación tiene por objeto mantener a la ciudadanía en la inopia, todavía peor. Para echarse a temblar.
De estas y otras cosas, no las veras publicadas, no. A veces mantenernos en el desconocimiento de determinadas cuestiones, nos hace mantenernos como felices ignorantes, esperando además que otros resuelvan nuestros males. El problema se producirá cuando esto no dé para más, momento por lo que se ve cada vez más cerca y en el que la solución quizá sea inimaginable. No sólo escaseará la energía, ¿y el agua que depuramos con ella? ¿y los alimentos?…. y sin ellos la vida será más bien difícil.
Me gustaMe gusta
Turiel abunda en su esperanza en las energías renovables pero matiza que ni por asomo son la solución. Se encesita un cambio radical en la conciencia colectiva, única vía para cambiar un modelo centenario de crecimiento. Invirtiendo menos y peor en educación o en I+D+I no parece que vayamos por el buen camino. Aparentemente es mejor, segun los medios de comunicación, seguir con detenimiento el cónclave de esta mañana.
Me gustaMe gusta
Ardo en deseos de ver la fumata blanca. Será el definitivo indicio de que los problemas tendrán al fin un enfoque racional.
Me gustaMe gusta
Asistimos últimamente a un bombardeo de noticias y opiniones apocalípticas de todo tipo, a través de los medios de comunicación e internet, que van en preocupante consonancia con el ciclo económico en el que estamos sumidos. Es sabido por todos que las energias fósiles son finitas, como lo son también muchos otros bienes de consumo que tenemos a nuestro alcance y en los que muchos no reparamos a priori, pero parece aterrorizarnos la idea de que se nos acabe el «oro negro» más que ningun otra cosa. También nos deprimieron en su día con la capa de ozono, con el meteorito que rozaba la tierra y nos abrasaría, con las tormentas solares, con la gripe A, con las vacas locas, etc. Y quedó todo en un vergonzoso y bochornoso recuerdo.
Pero ahora toca crisis, pensiones y Bárcenas. El Follonero, Leopoldo Abadia y la prensa rosa hacen caja hoy, y cuando pase todo, que pasará pese a lo que muchos pronostican, nunca más se supo. Luego tocará petróleo, tranquilos. No adelantemos acontecimientos.
Si no queremos deprimirnos más de lo que nos tienen, veamos también el lado positivo de las cosas, un lado que por supuesto no nos van a mostrar los informativos sensacionalistas de turno. Todo es cíclico, mirar al suelo no sirve de nada. En este pais, entre muchos otros, sobran pesimistas, corruptos, y «economistas» surgidos de los campos más inesperados, con sus originales y retorcidas teorias. Como alguien dijo alguna vez, «Zapatero a tus zapatos».
Me gustaMe gusta
Sí; estoy de acuerdo y, sin embargo, el pronóstico basado en el peak-oil parece bien fundamentado. Cierto que no invita al optimismo y ya nos basta, de modo que lo tomaremos a título de inventario y veremos.
Me gustaMe gusta