Desde hace años, sigo con la curiosidad por leer sobre las frecuentes desavenencias entre escritores, llegando desde el desprecio al insulto y supongo, las más de las veces, con celos de por medio. Para empezar desde épocas lejanas, Quevedo dedicó a Góngora estos hirientes versos: “Almorrana eres de Apolo / por donde el dios soberano / gracioso, purga inmundicias / y sangre, si está enojado”.
Orwell llamaba a Sartre “Una bolsa de aire”, y Schopenhauer calificó a Hegel de soplagaitas y filosofastro de pacotilla. Borges destilaba veneno sobre muchos (Lorca, “Un poeta menor”; Benet, “Un hombre mediocre y que no sabe escribir”…). Cabrera Infante era un gusano para Alejo Carpentier o, para Bioy Casares, Sábato un personaje ridículo y Mújica Laínez “Un mariquita cursi”. Neruda se refirió a Dámaso Alonso como “Hijo de perra” y, para Valle Inclán, Galdós era un garbancero. Baroja tildó a la Pardo Bazán de pobre idiota, a Unamuno de egotista… Juan Ramón Jiménez denostaba de casi toda la generación del 27 y viceversa (para Gil de Biedma, JRJ «Un mezquino y señorito de casino de pueblo”).
Y las animadversiones han seguido hasta hoy. Según el portugués Lobo Antunes, Saramago era “un pobre inútil”, u opinaba de Pessoa que “es difícil ser buen escritor sin haber echado un polvo”. Umbral arremetía contra la mayoría, mientras que Goytisolo opinó que al susodicho le caracterizaba “esa mezcla carpetovetónica de superioridad e ignorancia”; Cela llamó a Muñoz Molina “doncel tontuelo” o, por no seguir, la antigua amistad entre García Márquez y Vargas Llosa terminó, como quizá recuerden, con un puñetazo.
¿A qué vendrá semejante listado?, podrían preguntarse. Pues resulta que cuando presencio en TV muchos de los debates políticos, no puedo evitar pensar que traducen igual sentimiento que el que subyace en muchos escritores cuando juzgan a otro por lo hecho, mientras que ellos querrían ser valorados sólo por lo maravilloso de cuanto planean y, en el ínterin, parecidas las befas y escarnios. Para ejemplo, las opiniones del defenestrado Casado sobre actitudes y comportamientos de Pedro Sánchez, desde su escaño, dejaban en mantillas los contenciosos entre letraheridos. Irresponsable y bocazas, presuntuoso, mentiroso compulsivo, ególatra y chaquetero, un cobarde en zapatillas o “El mayor felón”, adjetivo poco frecuente y que podría apuntar a la consulta de diccionario por aparentar ser más leído de lo que muchos sospechábamos. Por seguir con cultismos y en su misma línea, no me extrañaría que a alguien se le hubiera ocurrido referirse a él, en justa correspondencia, como “Casado el Zoilo”, o sea, crítico con cualquier actividad que fuese ajena a él mismo y, de ser así, habríamos podido concluir que, entre el zoilo y el felón, aviados estábamos. De Abascal para qué decir y, en cuanto a Feijóo, en pocos meses sabremos si es tanto o más zoilo que el propio Presidente.
Te has olvidado de nombrar a CUCA
No se quien le escribe las barbaridades que dice
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El nombre la inspira…
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Eso he pensado muchas veces,¿como puede una polítca seria o con un cierto nivel, seguir llamandose Cuca como si tuviera 15 años?
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Impecable desde el principio al fin. CHAPEAU
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¿Lo puedo compartir en Facebook?
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Por supuesto que lo puedes compartir. Y si recomiendas el blog a tus amigos, ¡sugiéreme un premio! Un abrazo
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Envidias, vanidades, cuestiones políticas, rivalidades que nos has relatado de forma muy certera, y que también existen entre compañeros de trabajo, de partidos politicos, incluso familias. Creo que ningún sector se libra.
También recuerdo la enemistad de Sartre y Camús, por concepciones diferentes de su época y me resultó fascinante conocer del cómo partiendo de los mismo ideales, dos intelectuales de su enorme caudal rompieron habiendo sido íntimos.
En cuanto a nuestro panorama político, no sigo esos debatillos de las televisiones, aunque sí me llegan resúmenes vergonzosos, y no digamos declaraciones de nivel tan repugnantes que conocemos. A Feijóo le avala una carrera que Casado, ni con el máster regalado, le llega a la suela de sus zapatos. Ahora bien, conociendo su recorrido en Galicia, es evidente que también ha apostado por cargarse esa Sanidad de la que él participó como jefe nuestro hace bastantes años, veremos cómo se desenvuelve en la política de primera línea, y la aceptación de ver cómo se alían con vox, me resulta muy preocupante.
Muy corrosivo Gustavo…Besossss
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Pilar: tendrías que hacer un blog… Te seguiría con asiduidad. Un abrazo
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Te lo agradezco, pero qué va, sois tantos los que expresáis, en muchas ocasiones, mis sentimientos y pensamientos que mejor sigo de lectora. Abrazote de vuelta.
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Los escritores no sé, pero los políticos se merecen todo lo que se digan entre ellos.
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